Publicado en el blog Terapia de La Conducta Infantil. Autor: Alfonso García-Donas Sepúlveda, Psicólogo.
Para
estructurar la tarde de estudio de un/a niño/a con TDAH, la idea es la
siguiente:
DEBERES
+ ESTUDIO: 1 HORA PARA PRIMARIA, 2 HORAS COMO MÁXIMO PARA SECUNDARIA.
Estos tiempos son orientativos,
ya que habrá veces que el/la niño/a tenga que dedicarle más o menos tiempo
según el día.
ACUERDO
DE OBJETIVOS PARA LOS DEBERES:
Para que el/la niño/a rinda bien durante su
hora de deberes, es MUY IMPORTANTE PONER OBJETIVOS PEQUEÑOS
que alguien deberá ir supervisando. Entonces, el/la adulto/a responsable
dedicará 5 minutos a acordar qué deberes tiene que hacer hoy su hijo/a
(mirando su agenda) y se le pedirá que cada vez que acabe los ejercicios
de una asignatura venga y nos lo enseñe. Le echamos un vistazo,
comprobamos que ha terminado esa parte del trabajo y le animamos a que
siga así.
Además, le podemos poner tiempos (¿cuánto crees que
vas a tardar en acabar estos tres ejercicios de lengua? ¿Diez o quince minutos?
Bien, entonces ánimo e intenta hacerlos en ese tiempo, ¡seguro que puedes!).
Le animamos a que cumpla su objetivo, supervisamos y le alentamos para el
siguiente objetivo (que será otro bloque de ejercicios de la siguiente
asignatura acordada previamente). Y así hasta que acabe todos los ejercicios de
las asignaturas que tenga para ese día. No proponer objetivos que requieran más
de 15 minutos seguidos (tal vez pedirle que haga los próximos 10 ejercicios
seguidos sea excesivo si va a necesitar media hora para terminarlos, aunque
esto depende de cada niño/a en particular). En este sentido, habrá niños/as que
aguanten su atención durante 15 minutos, pero habrá otros/as que a los 5 ya no
presten atención, con lo cual es importante conocer este aspecto de vuestro/a
hijo/a, para adecuar los objetivos planteados a su tiempo de atención.
ACUERDO
DE OBJETIVOS PARA EL TIEMPO DE ESTUDIO:
Se le pregunta “¿qué tienes que repasar
hoy?”, apelando a lo que haya dado esa mañana en clase. Entonces
hacemos lo mismo que con los deberes. Ejemplo: Dos páginas de Naturales,
otras dos de Sociales y un vocabulario de inglés. Tenemos tres objetivos.
Bien, entonces le pondremos un tiempo razonable a cada uno de ellos y
luego supervisaremos los objetivos de manera individual, haciendo que
el/la niño/a nos diga la lección. ¡OJO! No se trata de que la recite de
memoria, esto es un error, se trata de que a grandes rasgos se haya
enterado de qué pone en esas dos páginas y haya sido capaz de subrayar las
ideas más importantes.
El trabajo del día a día debe fundamentarse en eso,
simplemente en preparar la materia para los días antes del examen, donde
sí se le exigirá que se lo sepa bien (que no de memoria). Hasta entonces,
tan sólo suele ser necesario una lectura comprensiva y un subrayado de las
ideas más importantes. En esta fase simplemente estamos preparando el
terreno para cuando el/la niño/a se tenga que poner en serio de cara al
examen.
HORA
MÁXIMA DE FINALIZACIÓN.
En cualquier caso, todo este trabajo no debe
superar las dos horas diarias (recordad que su jornada ya ha sido de 6
horas por la mañana). Y es que a partir de cierta hora o después de cierto
trabajo, los/as niños/as LITERALMENTE no rinden. Como digo, 6 horas de
instituto, más las dos horas (o más) que han trabajado por la
tarde…Realmente si lo pensamos tranquilamente, los/as estudiantes tienen
una jornada laboral intensa y, sin nos los propusiésemos… ¡NUNCA SE
ACABARÍA! Porque siempre hay algo que estudiar o repasar. Pero no se trata
de copar cada minuto de vuestro/a hijo/a con estudio, repaso o algo
académico. Dada esta situación, lo único que se consigue es un/a niño/a
amargado/a y las consecuencias en su carácter que ello conlleva: Malas
contestaciones, negativas constantes, desmotivación, etc.
ESPACIO
LIBRE DE DISTRACTORES:
El espacio en el que el/la niño/a hace sus
deberes y estudia, debe estar completamente libre de cosas que le
distraigan: Ordenador, móvil, televisión, animales… Incluso la ventana, si
ésta le distrae, deberá estar con la persiana echada a cal y canto, aunque
haya que usar luz artificial a las cinco de la tarde. Insisto, si el/la
niño/a sabe que la tarde de estudio (más las actividades deportivas o
intelectuales añadidas) tiene un fin, lo esperable es que se motive para
acabar cuanto antes y no se distraiga mucho, bajo la idea de que cuando
acabe va a tener entre una y dos horas de tiempo libre cada tarde. Aún y
así, le facilitaremos el camino eliminando distractores en su lugar de
estudio.
LIBERAR
EL FIN DE SEMANA:
Me parece fundamental que descarguemos a los/as
niños/as de estudiar el fin de semana si no es absolutamente necesario
(Necesario = Tener un examen el lunes o el martes). Incluso así, se marca
un tiempo de estudio el sábado y el domingo (preferiblemente por las
mañanas), que no sobrepase las dos horas (siendo generoso), marcando
objetivos pequeños que iremos supervisando con las mismas pautas que para
el estudio diario) y, finalmente, dejaremos el resto de la mañana y sus
tardes libres para que pueda recargar pilas de cara a la siguiente semana.
Bien, con todo, decir que esto debe de ser flexible
según las necesidades de cada día. Habrá días en los que tal vez el/la niño/a
tenga suficiente con una hora de estudio porque no haya traído muchos deberes,
pero igualmente habrá días en los que en lugar de dos horas tengan que ser tres
porque dentro de dos días tiene un examen muy importante, por ejemplo.
En cualquier caso, el objetivo de todo esto es adecuar
el tiempo de estudio a las capacidades atencionales de los/as niños/as y
operativizar su tiempo para que tenga horas libres. De esta manera, lo
esperable es que no pierda el tiempo (o lo pierda menos) porque sabrá que
cuanto antes acabe, antes podrá irse a jugar o a disfrutar de su tiempo libre.
Por otro lado, añado también que en su tiempo libre
los/as niños/as tengan acceso a lo que quieran: Móvil, ordenador, tele… Siempre
con acotaciones horarias y sin sobrepasar un tiempo razonable en el uso de las
tecnologías. Pero, teniendo en cuenta esto, no olvidéis que cuando llega su
tiempo libre, el/la niño/a lleva gran parte de su día atendiendo a tareas
académicas, así es que ahora tiene derecho a distraerse. Es más, no es que
tenga derecho, ES QUE TIENE EL DEBER DE HACERLO para poder cargar las pilas de
cara al día siguiente.
Os animo a que estructuréis su tarde de esta manera
porque los/as niños además de dedicar tiempo diario a estudia, también deben
dedicarlo a sonreír.
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