Publicado en el blog Etapa Infantil, Autor: Jennifer Delgado
Los niños pueden llegar a ser muy crueles, sobre todo
cuando se burlan de otros pequeños. Muchos se comportan de esa forma porque no
han desarrollado completamente la capacidad de ser empáticos y ponerse en el
lugar del otro. De hecho, los niños nacensiendo demandantes, exigiendo cuidados, solo más adelante desarrollan lo que se conoce como la “Teoría de la Mente” y son capaces de desarrollar la empatía. Por supuesto, también depende de la educación que hayan recibido.
En todo caso, siempre es conveniente preparar a tu
hijo para hacerle frente a las burlas sin tener que recurrir a la violencia. De
esta forma le ayudarás a crear una especie de coraza emocional para proteger su
autoestima. Y se trata de un regalo invaluable para la vida.
La humillación duele, y mucho.
Un estudio realizado recientemente por investigadores
de la Universidad de Ámsterdam ha desvelado que las heridas que causa la
humillación son mucho más profundas de lo que pensábamos. En esta
investigación, publicada en la revista Social Neuroscience, los
científicos escudriñaron dentro del cerebro de las personas mientras
experimentaban diferentes emociones.
Para generar esos estados emocionales les leían
diferentes historias y les pedían que intentasen ponerse en el lugar del
protagonista. Así se pudo apreciar que la humillación desencadenaba una
reacción a nivel cerebral mucho más intensa que la alegría e incluso que la
ira.
En el estudio también se apreció que la humillación
activa áreas cerebrales relacionadas con el dolor. Por tanto, estos
investigadores alertan que la humillación no solo es una sensación muy negativa
sino que incluso se percibe a nivel cerebral como un dolor. Por eso, sus
consecuencias se pueden arrastrar hasta la adultez, dando lugar a una persona
insegura o, al contrario, a alguien que responde con agresividad.
¿Cómo los padres pueden ayudar a su
hijo?
Investiga qué está sucediendo. Para ayudar a tu hijo, primero
debes comprender qué está sucediendo. ¿Por qué se producen las burlas? ¿Dónde
ocurren normalmente? ¿Cómo ha reaccionado el niño? Se trata de que entiendas
si, de alguna forma, tu hijo puede estar provocando las burlas y si estas son
puntuales o se han vuelto regulares, en cuyo caso estaríamos hablando de acoso.
Ignorar la burla puede hacer que desaparezca. Explícale a tu hijo que cuando los
niños se dan cuenta de que sus bromas surten efecto, porque provocan enfado o
vergüenza, se envalentonan. Por eso, la mejor estrategia suele ser ignorar las
bromas. Como los niños burlones lo que buscan es divertirse, cuando vean que no
consiguen su objetivo, se darán por vencidos. Recuérdale a tu hijo que “a
palabras necias, oídos sordos”.
Enséñale a responder con rapidez. En algunos casos, una respuesta
rápida e ingeniosa, desarma al burlón. No obstante, debes dejarle claro a tu
hijo que no se trata de responder con otra burla o con la violencia sino de
forma que confunda al otro y le haga ver que su broma no ha hecho mella. Por
ejemplo, si alguien se ríe del tamaño de sus orejas, puede decirle algo como
“así puedo oírte mejor”. De esta forma el otro niño comprenderá que no le va a
seguir el juego.
Muestra tu lado más comprensivo. En algunas ocasiones los padres no
reaccionan bien cuando sus hijos les cuentan que alguien se está burlando de
ellos. Algunos, en vez de apoyarles y mostrarse empáticos, les tachan de
“cobardes”, “quejicas” o “llorones”. Sin embargo, la mejor estrategia es
transmitirle amor y ser comprensivos. Por ejemplo, puedes contarle aquella vez
en que se burlaron de ti y explicarle cómo te sentiste.
Fomenta las amistades positivas. Para evitar que las burlas laceren
su autoestima, fomenta las amistades positivas de tu hijo. Permítele que pase
tiempo con sus amigos y que se divierta. Cuando los niños tienen un círculo de
amigos suelen sentirse más seguros y los otros niños se lo pensarán dos veces
antes de meterse con ellos.
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