Explicar a
otras personas que nuestro hijo tiene autismo puede no ser una cuestión simple.
Para
algunas personas esto puede representar algo difícil, para otras todo lo
contrario.
Hay familias que no tienen ningún problema en hablar abiertamente del diagnóstico de su hijo, pero otras familias por el contrario lo van a evitar por todos los medios.
Hay familias que no tienen ningún problema en hablar abiertamente del diagnóstico de su hijo, pero otras familias por el contrario lo van a evitar por todos los medios.
Son siempre decisiones personales, pero en cualquier
caso, las diferencias del niño o joven o adulto con un Trastorno del Espectro
del Autismo (TEA) pueden requerir de dar cierta información a terceras
personas.
Les damos algunas pautas que pueden usar como forma de dar
información sobre su hijo, ya sea de forma abierta o no. Para intentar no
generalizar en exceso hemos preparado grupos: Autismo de Alto Funcionamiento o
Síndrome de Asperger; Autismo verbal o pre-verbal y con conductas más
complejas; y niños pequeños.
En cualquier caso, la decisión de divulgar o no
determinada información es algo personal, pero no debemos obviar que en
determinadas situaciones, dar información concreta es una buena idea, y puede
mejorar mucho la calidad de las vivencias del hijo.
Mi hijo tiene Autismo de Alto Funcionamiento o
Síndrome de Asperger.
En ocasiones es complejo poder explicar que nuestro
hijo tiene un diagnóstico de TEA en un lugar determinado, y más aún si nuestro
hijo no lo sabe. Muchas familias no le cuentan a su hijo su diagnóstico, otras
sin embargo sí lo hacen. Si no lo han hecho aún, pueden encontrar pautas aquí. Y si nuestro hijo no lo sabe, o si
lo sabe y prefiere que otras personas no lo sepan, a veces explicar
determinadas situaciones o conductas puede ser algo complejo.
Por ejemplo, imaginemos que nuestro hijo va a asistir
a unas actividades extraescolares, y por tanto deberemos informar a los
responsables que nuestro hijo tiene determinadas diferencias frente al resto.
Si no tenemos problema en hablar del diagnóstico, todo será mucho más fácil,
hablen abiertamente y evitando dramatizar nada, sencillamente haciendo hincapié
en aquellas cosas que representan una mayor dificultad para su hijo, den
pautas, consejos de cómo enfrentar las situaciones, ustedes son sus padres, por
tanto los mayores especialistas del mundo en su hijo.
Pueden incluso dar guías
breves a los responsables, para que conozcan más el autismo y sus
particularidades, esto será de mucha ayuda, sobre todo si no tienen experiencia
previa. Pero las ideas que vienen a continuación también pueden ser muy útiles.
En el caso que ustedes prefieran o consideren que no
es necesario dar esa información (en algunas ocasiones esta decisión puede ser
incluso acertada), sí es importante que pongan de manifiesto las fortalezas y
debilidades del chico. Incluso, ante determinadas problemáticas, cambien la
palabra dificultad, debilidad o déficit por la palabra desafío. Hablar
de que mi hijo tiene muchos problemas motrices, o sociales, o de lo que sea,
implica poner énfasis en sus debilidades.
Si por el contrario decimos algo así
como “Mi hijo a día de hoy tiene un «desafío» con algunos deportes,
aunque le encanta el fútbol es una buena idea apoyarle, ya que de esa forma
fomentamos más sus deseos de superación”, desafío implica reto,
superación, mientras que déficit o dificultad nos lleva a la visión de
debilidad. Quizá este sencillo cambio sea un factor determinante.
Aspectos como
por ejemplo, “Mi hijo Carlos adora estar en grupo con otros chicos o chicas,
pero en ocasiones entablar amistad le cuesta un poco, es siempre una buena idea
el apoyarle al principio”. Es posible también que nuestro hijo tenga un Trastorno del
Procesamiento Sensorial (TPS), que determinados sonidos lo exciten mucho, o que pueda requerir en
determinados momentos apartarse del grupo para relajarse si tiene un momento de
sobreestimulación. Podemos explicar brevemente que determinados sonidos de
forma sostenida le saturan y que en ocasiones pedirá poder apartarse un momento
para calmarse, por tanto deberemos tener claro que nuestro hijo debe poder
pedir ese tiempo libre, de no ser así, explicaremos qué deben ver para saber
que nuestro hijo está alcanzando ciertos niveles de saturación. Algo así como
un tiempo muerto en deportes.
Esa suele ser una buena forma de explicarlo
también. Usar un símil deportivo no implica nada negativo, la imagen del tiempo
muerto es muy común en casi todos los deportes. De esa forma podemos dar pautas
e instrucciones sin necesidad de desvelar aspectos que vayan más allá de
determinadas necesidades de apoyo.
Aunque existe un gran consenso sobre la idoneidad de
explicar al chico su diagnóstico, esta situación no siempre se da, y esto puede
interferir a la hora de explicar determinadas circunstancias específicas, por
ejemplo en el colegio.
Es cierto que muchos chicos con alto funcionamiento
pueden pasar “desapercibidos” la mayor parte del tiempo, pero hay situaciones
que requieren dar información. La prevención del acoso escolar es una de ellas,
pero no la única. Los entornos escolares suelen poner muchos desafíos al chico
o chica, y a partir de la adolescencia más todavía.
Debemos considerar que hay
información que en los centros educativos deben tenerla, aspectos como por
ejemplo la anticipación, la literalidad en la comprensión, los problemas de
sociabilidad, aspectos de torpeza motriz cuando existan, etcétera. Pero en el
lado contrario es muy importante hacer especial énfasis en los aspectos
positivos, por ejemplo: Capacidad de disciplina, honestidad y sinceridad,
capacidad de trabajo, ganas de cooperar en tareas de grupo, habilidades
determinadas acorde a sus intereses, …, y los aspectos más positivos que sean
destacables. Es básico y fundamental poner énfasis en el trabajo para el
mantenimiento de la autoestima, pero sin incurrir en el modelo del niño
consentido.
Es importante destacar que en el caso de que ustedes
sí hablen abiertamente del diagnóstico de su hijo, se tomen un tiempo en
desterrar la larga lista de mitos que existen al respecto. Si desean más
información les dejamos dos enlaces donde pueden consultar los mitos más
extendidos en autismo y asperger aquí y aquí.
Es por tanto importante que sepamos contextualizar
adecuadamente las necesidades de apoyo o las especificidades de nuestro hijo,
evitando siempre un lenguaje que tenga connotaciones negativas, enfatizando sus
fortalezas, explicando cómo resolver sus dificultades, hablar de desafío, reto
u otra palabra que consideren que refuerza el aspecto del esfuerzo y al
superación. Pero intentando siempre ser lo más claros posibles, ya sea dando la
información sobre el diagnóstico de nuestro hijo o no dándola. Esta es una
decisión personal, al igual que la de explicar a su hijo que tiene ese
diagnóstico.
Autismo verbal o pre-verbal y con conductas más
complejas.
Ante chicas o chicos con más necesidades de apoyo, es
obvio que estamos fuera de la “normalidad”, las reacciones y conductas son tan
visibles que van a dejar claro que estamos ante una situación distinta. Ya sea
por la presencia de estereotipias continuadas, problemas de comunicación, crisis
frecuentes, …, y en
ocasiones pues podemos encontrarnos ante momentos, lugares, situaciones o
personas donde es recomendable dar información de utilidad.
Dado que en este caso no es habitual tener que ir con
excesivas sutilezas podemos ser mucho más directos y claros. Y por cierto, no
culpen a los demás por su desconocimiento sobre el autismo, no se enfaden,
mantengan la calma, sean amables y afectuosos, descubrirán que en la casi
totalidad de las situaciones, la gente les escuchará y les ofrecerán su ayuda.
Es mucho más satisfactoria la sensación de “hoy una persona en el centro
comercial aprendió sobre el autismo” que la de “esa estúpida del centro
comercial hizo un feo comentario sobre mi hijo y la mandé al infierno”. Véanlo
como algo kármico, si dan zarpazos, antes o después recibirán zarpazos, es
mejor transmitir serenidad que lástima, afecto que nerviosismo, y sobre
todo, firmeza y determinación combinadas con mucha educación y respeto, aún
cuando consideren que su interlocutor no lo merece.
Hay familias que incluso llevan siempre encima
información sobre el autismo, dípticos, fichas, o cuartillas donde se explica
qué es el autismo. Algunas familias ponen a mano un “¡Gracias por apoyarme! ¿me
puede echar una mano?” u otras frases que hacen que una tercera persona tome
esos dos minutos para leer la información, por ejemplo “Gracias por emplear dos
minutos de tu vida para entender a mi hijo”.
Si por ejemplo nuestro hijo o hija va a participar de
una actividad, siempre en función de las necesidades de apoyo tomaremos
decisiones, si no hay ningún problema en que asista sin apoyo de terceras
personas, es importante que expliquemos a los responsables las características
de nuestro hijo. Sobre todo si su comunicación es restringida.
Explicar qué es el autismo es siempre complejo pero
debemos evitar convertir -tal y como comentamos en el apartado anterior- las
dificultades en algo negativo. Es siempre una buena idea hablar de cómo superar
o afrontar esos retos (reto también es una palabra muy buena, frente a
dificultades) que la persona tiene en su día a día.
Niños pequeños.
En niños pequeños las situaciones que se pueden vivir
son múltiples. Cuando el niño tiene un berrinche o una crisis pues acaba siendo
considerado un niño malcriado, y las miradas, comentarios y cuchicheos pues son
habituales. Aquí la cosa es simple, recurrir a las estrategias del punto
previo. Enfadarse no suele dar un buen resultado, ya bastante de los nervios
estamos como para acabar con vergüenza
social, y de la
misma forma, informe al colegio, sin dramatizar, pero es importante que tengan
conciencia de las particularidades que aparecen en un niño con autismo. Y que
desde una visión global podemos abordar.
¿Y qué le decimos a la familia? Muchas veces explicar
el autismo a abuelos, tíos, …, puede generar una situación compleja. Es posible
que su familia también se resista a aceptarlo, pero quizá una reunión familiar
sea un buen momento para explicarlo, de forma abierta, sin crear un drama,
preparen una explicación simple y digan abiertamente qué le pasa a su hija o
hijo.
Es su familia, y es muy posible que usted los necesite y bastante. Por
tanto, si lo explica de forma serena, dando detalles concretos su familia podrá
comprenderlo y asumirlo, y si ustedes están tranquilos transmitirán esa
sensación, firmeza, seguridad y ganas de ocuparse, para preocuparse ya tendrán
tiempo. Les harán mil y una preguntas, así que deben estar preparados para responderlas,
y si hay alguna pregunta para la que no tienen respuesta, pues díganlo, quizá
entre todos sean capaces de encontrar esa respuesta.
Si hacen un grupo fuerte
las probabilidades de mejora del niño aumentan, y sobre todo, la sensación de
desamparo que puedan sentir ustedes disminuirán al sentirse apoyados por los
suyos. Incluso las personas más reacias a aceptarlo, al final, acabarán
entendiendo que la diversidad no implica algo malo.
¿Qué es el autismo?
Para tener una descripción sencilla y comprensible
podemos optar por varias formas de enfocar lo mismo. En función de nuestro
interlocutor podremos dar un enfoque u otro, o hacer un combinado. Aquí algunas
ideas.
El autismo es un trastorno que afecta principalmente a
la comunicación de la persona (sea ésta verbal o no), a la reciprocidad social,
patrones estereotipados de conducta y desordenes sensoriales. Se denomina
espectro dada la gran variabilidad que encontramos entre unas personas y otras,
desde personas con altas necesidades de apoyo a otras con absoluta autonomía e
independencia.
Aunque el autismo se produce durante el embarazo, los primeros
signos suelen ser visibles alrededor de los 18 meses de edad, y a día de hoy no
se sabe a ciencia cierta qué lo provoca. El autismo no tiene cura, ya que en
realidad no están enfermos y por tanto no hay que curarlos de nada, pero sí
podemos trabajar para que los aspectos más complejos desaparezcan o se
minimicen. Sin embargo sí sabemos que se pueden dar muchos casos de epilepsia,
y ésta sí debe ser tratada por especialistas. Pero se trata la epilepsia no el
autismo.
Una buena intervención y un buen apoyo a la familia
son fundamentales para conseguir una buena calidad de vida, el respeto a la
dignidad de la persona con autismo empieza teniendo sus derechos en cuanto a la
atención socio-sanitaria y educativa. Por eso es importante tener el apoyo
familiar y social. Si damos visibilidad al autismo lo convertimos en algo real
a todos los niveles y lo sacamos de su invisibilidad.
El autismo puede ser muy limitante, sobre todo si
reforzamos los límites del autismo con los nuestros, por tanto, si eliminamos
nuestros límites podemos conseguir que los aspectos menos amables del autismo
se conviertan en fortalezas.
El autismo afecta mucho a la comunicación, y sin comunicación
no hay aprendizaje, y además genera muchas frustraciones en la persona, y esas
frustraciones conducen a la ansiedad y la irritabilidad, si nos esforzamos en
mejorar la comunicación mejoraremos la calidad de vida. Apliquémonos el
concepto reto o desafío a nosotros mismos, si trabajamos fuerte la comunicación
vendrá el lenguaje, y quizá llegue un día donde digan ¡Pero es que este niño no
se va a callar nunca!
El autismo también acompaña diversas alteraciones
sensoriales, éstas pueden ser diversas e impactar de forma más o menos intensa.
Las más habituales son las auditivas, visuales y táctiles, pero no las únicas.
No es que tengan un problema para oír, realmente oyen perfectamente, pero esta
alteración auditiva no les permite discriminar los sonidos adecuadamente,
imaginen que están en una cena con 10 amigos, en la mesa pueden haber 5
conversaciones simultáneas, y cada pareja llevará su propia conversación
discriminando las demás (bueno, quizá su cuñada al chismosa sí sea capaz de
llevar las 5 conversaciones a la vez), pero la persona con autismo no es capaz
de discriminar, de forma que escucha todas de forma simultánea.
En otras
ocasiones determinados sonidos sencillamente les resultan dolorosos, la
aspiradora, sirenas de ambulancias, la batidora, petardos, bullicio en una
feria o centro comercial,…, y por eso es habitual que se tapen los oídos. En lo
referido a los aspectos táctiles, es muy similar, pueden presentar
hipersensibilidad, de forma que un abrazo les va a generar la sensación de que
los estrujan en una prensa hidráulica, no es que no les gusten las muestras de
afecto, es que pueden resultar dolorosas. A nivel visual también tienen una forma especial
de mirar, una visión más focal.
Pero cuando trabajamos la comunicación y los problemas
sensoriales muchas de esas “limitaciones” sencillamente desaparecen. Y lo que
descubrimos son capacidades que nos van a asombrar en muchos casos.
El autismo es en suma una forma diferente de procesar
todo lo que nos rodea, eso no significa que tenga que ser malo, sino diferente.
Hacer las cosas de forma diferente debe ser visto como una oportunidad y no
como una maldición.
Si se preguntan el ¿por qué a mi?, pueden verlo desde
innumerables puntos de vista: Si son budistas pueden entender que es una
cuestión de karma; si son creyentes de alguna religión, pueden pensar que fue
voluntad de su Dios; Si son matemáticos, sencillamente pueden verlo como una
cuestión de estadística; Si por el contrario no quieren o no necesitan
complicarse tanto la vida, véanlo así, es su hijo, su nieto, su sobrino,…, y él
o ella sencillamente necesitan más apoyo, les va a amar de una forma limpia sin
medias tintas, se va a esforzar mucho más que ustedes para conseguir cualquier
cosa, comprender lo que le sucede quizá le cueste mucho al principio, pero si
tiene apoyo lo conseguirá, podrá tener una vida digna y plena y a cambio dará
mucho más de lo que recibió, por la sencilla razón que no esperará nada a
cambio.
Entiendan el autismo como algo que aunque complejo, les obligará a
esforzarse mucho más, ustedes deberán enfrentar muchos problemas con los que
jamás pensaron que se iban a enfrentar, lloraran, se deprimirán, tendrán
momentos muy duros, pero, a cambio su visión del mundo cambiará radicalmente.
Deberán estar preparados para ver el mundo de forma diferente, eliminarán de su
mente muchas ideas preconcebidas, deberán aprender a ser más tolerantes, más
pacientes, más tenaces, deberán estudiar y leer como si les fuera la vida, su
visión social cambiará, entenderán cosas que antes ni siquiera podían
plantearse, es muy probable que tener un hijo con autismo les convierta a
ustedes en mejores personas.
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