Publicado en la web de Etapa Infantil. Autora: Jennifer Delgado
Al contrario de lo que la mayoría de las personas
piensan, la ansiedad no es un trastorno exclusivo de la adultez sino que
también se manifiesta durante la infancia. En realidad, la ansiedad forma parte
del proceso de desarrollo por lo que no es extraño que los niños manifiesten
cierta ansia en el momento de irse a la cama o al comenzar el colegio.De hecho, la ansiedad es un fenómeno frecuente en la infancia y forma parte de los miedos habituales de los pequeños, aunque es innegable que algunos niños son más ansiosos que otros.
¿Cómo se manifiesta la ansiedad
infantil?
Para el niño que comienza a ser consciente de su
entorno y de todos los peligros que existen, sentirse solo y desprotegido puede
ser una gran fuente de ansiedad. Por eso, cuando se debe enfrentar a
situaciones que no conoce o siente que puede ser abandonado, reacciona con
ansiedad, sobre todo cuando se trata de niños pequeños. Sin embargo, estos no
son los únicos factores que generan la ansiedad infantil.
Los temores infantiles, por ejemplo, son el resultado
de una imaginación muy activa y de la falta de experiencia, por lo que también
pueden ser generadores de ansiedad, así como el contacto con personas extrañas,
fundamentalmente en ausencia de los padres. De manera similar, el comienzo en
el colegio o en el jardín de la infancia es un evento que suele provocar cierto
grado de ansiedad.
Sin embargo, aunque la ansiedad es un fenómeno
relativamente frecuente en la etapa infantil, los padres deben tomar algunas
medidas para evitar que se convierta en un problema de mayor envergadura. De
hecho, lo que comienza como un simple estado de ansiedad puede llegar a
convertirse en un trastorno más grave que puede perdurar incluso en la adultez.
Estrategias para calmar la ansiedad
de los niños.
Reconoce el temor y habla de ello.
A menudo los padres minimizan las
preocupaciones de sus hijos. Sin embargo, negarlas o minimizarlas no hará que
desaparezcan, el niño puede sentirse aún peor. Por consiguiente, la mejor
opción consiste en reconocer sus temores y conversar acerca de ellos. Por
ejemplo, si uno de sus grandes temores es perderte en el supermercado, hazle
saber que es normal que se sienta así porque a ti te sucede lo mismo con él,
proponle que no te pierda de vista, así como tú tampoco lo perderás de vista.
De esta forma le harás sentirse más seguro y la ansiedad disminuirá.
No lo fuerces a evitar la ansiedad.
“Compórtate como un hombre”, “No
seas infantil”…Estas son
tan solo algunas de las frases que utilizan algunos padres para presionar a los
niños a evitar la ansiedad, como si se tratara de un estado que ellos pueden
controlar fácilmente. Sin embargo, cuando el niño se siente ansioso o tiene
miedo, no necesita ser recriminado. Además, tampoco le debes empujar para que
enfrente a sus miedos si no está preparado ya que podría generarse una fobia.
Transmítele seguridad y confianza.
La principal misión de los padres
consiste en infundirle seguridad y confianza a sus hijos. Considera que los
niños ven en sus padres la principal fuente de protección y apoyo. Hazle saber
que estarás a su ladocuando llegue el momento de enfrentar sus temores. De esta
forma estarás creando una relación de confianza que durará para toda la vida.
Prepáralo para las situaciones nuevas.
Enfrentar un cambio no es sencillo,
para los niños tampoco, por lo que es comprensible que las situaciones nuevas
generen cierto grado de ansiedad. Una manera para aliviar la tensión y la
incertidumbre consiste en explicarle claramente qué encontrará y cómo se debe
comportar. Por ejemplo, antes de comenzar en el colegio, explícale cómo son los
horarios y qué debe hacer. También es conveniente que le lleves a ver la
escuela antes de que comiencen las clases.
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