Autora: María Tudela, Terapeuta Ocupacional en Red
Cenit
Cada vez más centros apuestan por introducir la figura
del Terapeuta Ocupacional (TO) en sus equipos, ya que, la experiencia demuestra
que es el complemento perfecto para una completa intervención del Trastorno del
Espectro Autista (TEA).
¿Por qué? Porque rentabiliza muchísimo más el resto de
terapias, obteniendo mejores resultados de forma más rápida.
¿Cómo? En las sesiones de TO se trabaja principalmente
la organización y regulación de la conducta y las habilidades de adaptación.
Esto es, la capacidad de hacer de manera organizada una cosa detrás de la otra,
prestando atención en aquello que hacemos y permaneciendo en un estado de
alerta óptimo para aprender: ni muy nervioso ni demasiado dormido.
Si un niño tiene un problema de regulación del estado
de alerta y se encuentra continuamente en movimiento o muy nervioso distrayéndose
con todo, puesto que es incapaz de inhibir estímulos distractores, es muy
difícil que pueda aprender a escribir o a comunicarse adecuadamente,
permaneciendo sentado en el cole o en las sesiones de terapia, escuchando lo
que su maestro o terapeuta le explica.
Sin embargo, si es un niño es capaz de estar sentado
cuando toca y está tranquilo, pudiendo escuchar y respondiendo adaptativamente
a lo que el terapeuta le propone, los beneficios son evidentes.
El TO analiza las habilidades de
desempeño del niño en su día a día (autonomía, juego funcional, trabajo en
mesa…) y busca las causas que están limitando su capacidad de aprendizaje.
En el TEA, es muy común que hayan dificultades de procesamiento sensorial (de hecho es uno de los indicadores para el diagnóstico del TEA en el DSM-V). Estas dificultades hacen que hayan algunos estímulos (texturas, ruidos, luces…) que para la mayoría son algo normal pero que para algunos niños son muy irritantes ya que son hipersensibles a ellos.
En el TEA, es muy común que hayan dificultades de procesamiento sensorial (de hecho es uno de los indicadores para el diagnóstico del TEA en el DSM-V). Estas dificultades hacen que hayan algunos estímulos (texturas, ruidos, luces…) que para la mayoría son algo normal pero que para algunos niños son muy irritantes ya que son hipersensibles a ellos.
También, puede ocurrir al contrario, que haya niños
que no estén registrando correctamente algunos estímulos, como el movimiento o
sus músculos, y por ello tengan la misma sensación que tiene la mayoría de
personas cuando llevan tres horas en un coche sin moverse: o empiezan a ponerse
nerviosos y necesitan parar y moverse, o se duermen.
El TO especializado en Integración Sensorial realiza un perfil sensorial
del niño para saber qué estímulos suben el estado de alerta del niño y cuales
lo relajan. Durante las sesiones, el TO va combinando diferentes
estímulos a través de actividades motivantes para el niño y lo regula. Una vez
regulado, le pide diferentes actividades donde trabaja entre muchas otras cosas
la atención, organización de la conducta, psicomotricidad, etc.
A través de las pautas y formación a las familias y
profesionales que están en contacto con el niño, incluso si es necesario en
sesiones a domicilio, las estrategias se extienden al resto de días y entornos,
por lo que el niño empieza a estar más tranquilo, atento y conectado,
integrando mucho mejor los estímulos, entendiendo lo que ocurre a su alrededor
y, por lo tanto, pudiendo desenvolverse de forma mucho más funcional.
Todo esto abre las puertas a nuevos aprendizajes que
antes pasaban desapercibidos porque el niño era incapaz de registrar.
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