¿Qué es?, ¿cuáles son sus síntomas?, ¿cómo
detectarlos?… El Trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad,
también conocido por sus siglas TDAH o Déficit de Atención como comúnmente lo
denominan, se considera un trastorno neurológico que se origina en la infancia,
pero que de no ser tratado tiene graves repercusiones para el resto de la vida.
En este artículo, vamos a intentar resolver las principales dudas sobre este
trastorno.
¿Qué es TDAH?
El TDAH está formado por características de
inatención, impulsividad y/o hiperactividad, que deben presentarse en una edad
temprana (concretamente antes de los 12 años), tener una intensidad mayor a lo
que es considerado normal para su edad, tener una influencia en dos o más
ámbitos de la vida del niño y no estar causado por otro trastorno médico.
Además, en numerosas ocasiones se asocian otros trastornos comórbidos que
pueden complicar su evolución. Estos trastornos asociados se tratarían por
ejemplo de la ansiedad o los problemas de conducta, como se han comentado en
otros artículos anteriores.ç
Tipos de TDAH:
1. Predominantemente hiperactivo-impulsivo: la mayoría de los síntomas son de hiperactividad/impulsividad y existen menos de seis síntomas de inatención.
1. Predominantemente hiperactivo-impulsivo: la mayoría de los síntomas son de hiperactividad/impulsividad y existen menos de seis síntomas de inatención.
2. Predominantemente inatento: presenta seis o
más síntomas de inatención, sin embargo, existen menos de seis síntomas de
hiperactividad/impulsividad.
3. Combinado: presentan seis o más síntomas de
inatención, así como, seis o más síntomas de hiperactividad/impulsividad.
Síntomas del TDAH:
Síntomas de inatención:
Síntomas de inatención:
a) Fácil distracción, por ejemplo: no suelen percibir
los detalles, son olvidadizos, pierden muchas de sus cosas…
b) Tienen dificultad para concentrarse, suelen cambiar
frecuentemente de una actividad a otra, dado que, se aburren rápidamente.
c) Dificultad en la planificación y ejecución de las
actividades: les suele costar aprender conceptos nuevos y prefieren dejar las
cosas para “más adelante”.
d) Parecen no escuchar cuando se les habla: por
ejemplo, es frecuente que se les tenga que llamar varias veces o llamar su
atención de otro modo para que respondan.
e) Dificultad para procesar la información de forma
rápida/precisa y dificultad para seguir instrucciones. A menudo, necesitan
varias explicaciones de un mismo concepto o que se les repita varias veces la
tarea a realizar.
f) Sueñan despiertos: “están en la luna”.
Síntomas de hiperactividad:
a) Inquietud motora: suelen moverse mucho en su
asiento e incluso necesitan levantarse constantemente, o jugar con cosas en sus
manos.
b) Hablan constantemente: por ejemplo, suelen contar
todo aquello que se les venga a la cabeza aunque sea el momento de escuchar una
explicación o realizar una tarea.
c) Dificultad para realizar tareas y actividades que
requieren cierta tranquilidad, como puede ser: leer, escuchar a otra persona,
etc.
Síntomas de impulsividad:
a) Son impacientes, es decir, no suelen valorar las
consecuencias a largo plazo y no soportan los tiempos largos de espera.
b) Dicen lo que piensan y sienten en todo momento y no
son capaces de anticipar las consecuencias. Pueden decir cosas que ofendan a
otra persona, por ejemplo, sin tener en cuenta cómo se puede sentir, o se
enfadan impulsivamente sin pensar lo que eso puede conllevar.
c) No tienen control de la espera, por lo que en sus
demandas suelen ser para “ya mismo”, otro ejemplo sería que precipitan las
respuestas antes de las mismas preguntas.
d) Interrumpen con frecuencia las conversaciones o
tareas de los demás: esto incluye tanto las conversaciones de los adultos, como
los juegos de otros niños, además, no suelen esperar sus turnos.
Otros síntomas que se encuentran asociados:
a) Baja autoestima e inseguridad: por ejemplo, suelen
acudir a otros niños para que les defiendan y los protejan.
b) Baja tolerancia a la frustración: es muy común que
la mayoría de sus enfados se den cuando pierden en algún juego o alguna tarea
les sale mal, por lo que suelen ser “malos perdedores”.
c) Inestabilidad emocional: tienen cambios de humor
frecuentemente e incluso cuando no son esperables.
d) Sensación de fracaso e irritabilidad: son niños que
“saltan” muy rápidamente.
Tratamiento del TDAH
El tipo de tratamiento que más ampliamente se utiliza
para este trastorno por sus características es el farmacológico, en el cual
destacan los psicoestimulantes. No obstante, se ha demostrado que el mejor
tratamiento es aquel que se combina con psicoterapia.
Dentro de la psicoterapia la principal elección suele
ser la terapia cognitivo-conductual, cuyo objetivo es modificar la conducta
disruptiva del niño. En este tipo de terapia se incluyen: el entrenamiento en
habilidades sociales, la modificación de conducta, la relajación, el
entrenamiento en asertividad y el apoyo educativo entre otros.
El tratamiento es crucial en la evolución del
trastorno y la mejora del funcionamiento del niño, pero aun así una detección
temprana que permita conocer lo antes posible las características y
dificultades de cada niño y que facilite la intervención individual será
determinante en su evolución futura.
Hasta aquí, esta básica y breve guía sobre este
trastorno, en nuestro blog mucha más
información y artículos al respecto.
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